Galeria de imagen

lunes, 19 de marzo de 2018

CÓMO HABLAR CON LOS PADRES



Una maestra veterana comparte lo que ha aprendido en el transcurso de 26 años. Panorama general: un poco de empatía mejora un largo camino.
Por Terri Eichholz

"No tienes hijos, ¿verdad?", Me preguntaron los padres de mis alumnos durante mis primeros años de enseñanza. Ellos tenían razón: no tenía hijos en ese momento. Sin embargo, me ofendió la implicación de que mi falta de progenie inevitablemente significaba que mi consejo debía ser inútil.

No fue mi falta de hijos lo que hizo que mi consejo fuera inútil. Era el hecho de que había encontrado una solución al problema (su hijo nunca entregó la tarea) que funcionaría bien en mi mundo, no en el de ella.

No digo que los maestros necesiten ser padres para ser buenos comunicadores. Necesitamos ser empáticos. Si hubiera pensado más acerca de cómo era trabajar en tres trabajos (lo cual hice en la universidad) y trate de ahorrar tiempo para compartir con las personas que te importan, le hubiera dado a esa madre soltera consejos completamente diferentes.
Con los años, siento que he mejorado en la comunicación con los padres ya que he hecho mayores esfuerzos para ponerme en sus zapatos. Estas son las principales cosas que aprendí.


SER PROACTIVO

No esperes a que surjan problemas. Asegúrese de comunicarse frecuente y positivamente para que ya haya desarrollado una relación antes de golpear los baches en la carretera. Con la tecnología disponible en estos días, los maestros deberían poder actualizar a los padres al menos una vez a la semana sobre lo que sucede en el aula. Use múltiples tipos de comunicación: redes sociales, correo electrónico y el boletín impreso comprobado.


NO LO TOMES PERSONALMENTE

Cuando los padres se arrepienten de ti, expresan su frustración por no poder ayudar a sus hijos. En lugar de ponerte a la defensiva, pregúntate a ti mismo: "Además de salir a buscarme, ¿qué los motivaría a decir esto?" Piensa en lo que alguien podría decirte para reducir la situación e indica una mente abierta si la situación se revierte. Por ejemplo, si un padre dice: "Estás buscando a mi hijo", intenta decir: "Lamento que pienses eso". ¿Puedes decirme qué pasó para hacerte sentir así?


PIDA CONSEJO A LOS PADRES

Si un alumno exhibe conductas negativas, invite a los padres a sugerir lo que funciona en casa. En ocasiones, los padres pueden no observar este comportamiento en casa, lo cual es una gran oportunidad para invitar a los padres a la clase. Incluso si el padre no puede brindarle ayuda o llegar al aula, de todos modos fortalecerá su relación al mostrar que valora su aporte.


PARTICIPE EN LA COMUNIDAD

Cuando apareces en eventos deportivos, festivales y otras actividades de la comunidad, envías el mensaje a los niños y sus padres de que te preocupas por la persona en su totalidad, no solo por el alumno. Las familias entienden que, para ustedes, no son "nosotros y ellos", sino "nosotros". Aunque los estudiantes pueden tener la percepción de que toda su vida gira en torno a ellos, la mayoría de los padres se dan cuenta de que están sacrificando su tiempo libre para mostrar apoyo. sus hijos, y lo aprecian.


ELIGE TUS BATALLAS

Si usted y un padre no están de acuerdo, siempre busque primero un compromiso que beneficie al estudiante y preserve su relación con el padre. Si no está dispuesto a un compromiso, pregúntese si su método es realmente el mejor para el alumno y si es probable que mejore la situación. Por ejemplo, si un estudiante nunca completa la tarea a pesar del hecho de que llama a su casa y lo penaliza, es posible que necesite encontrar una forma diferente de ayudar al alumno a practicar sus habilidades en lugar de perder todo un año escolar tratando de probar su punto.


ADMITIRLO CUANDO ESTÁS EQUIVOCADO

Como maestra y (ahora) madre, puedo sinceramente decirte que los padres no te pierden el respeto cuando admites tus errores y los corriges. Mientras perciban que realmente está tratando de hacer lo mejor para sus hijos, los padres no lo penalizarán por errores ocasionales. Lo que molesta a los padres es cuando los maestros actúan como si fuéramos superiores y dan la impresión de que no estamos dispuestos a escuchar a las personas que conocen mejor a sus hijos.

Cuando estaba enseñando por primera vez, me ponía furioso cuando un padre cuestionaba mi juicio. Ahora que tengo casi 26 años de experiencia, mi reacción es la opuesta. Repetí mentalmente la situación y reflexioné sobre si podría haberlo manejado mejor. Si es así, inmediatamente me disculpo con los padres y bosquejo los pasos que daré para mejorar las cosas. Si no, me aseguro de que el padre sepa por qué creo que fue la mejor acción y que valoro a su hijo lo suficiente como para seguir adelante. No necesitamos tener nuestros propios hijos para ser buenos maestros, pero debemos tener empatía, humildad y dedicación para hacer lo mejor para nuestros estudiantes. Una pequeña diplomacia también es muy útil.




No hay comentarios:

Publicar un comentario