Por Youki Terada
Los descansos regulares
durante el día escolar -desde breves descansos cerebrales en el aula hasta el
descanso más prolongado del recreo- no son simplemente tiempo de inactividad
para los estudiantes. Tales pausas aumentan su productividad y les brindan
oportunidades para desarrollar la creatividad y las habilidades sociales.
Los estudiantes,
particularmente los más jóvenes, a menudo tienen dificultades para mantenerse
concentrados durante largos períodos de tiempo. En un estudio de 2016, la
psicóloga Karrie Godwin y un equipo de investigadores midieron cuán atentos
estaban los estudiantes de primaria durante la clase, y descubrieron que
pasaban más de la cuarta parte del tiempo distraídos, incapaces de concentrarse
en el maestro o en la tarea actual. Sin embargo, las lecciones más cortas
mantuvieron alta la atención de los estudiantes: a los maestros les resultó más
efectivo dar varias lecciones de 10 minutos en lugar de menos de 30 minutos.
Y hay más beneficios para el
tiempo de inactividad que una mayor atención: disminuye el estrés, aumenta la
productividad, aumenta la función cerebral y brinda oportunidades para que los
niños aprendan habilidades sociales.
REDUCIR
EL ESTRÉS Y AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD
Investigaciones recientes
muestran que nuestros cerebros no están inactivos cuando tomamos descansos:
están trabajando duro procesando recuerdos y ayudándonos a dar sentido a lo que
experimentamos. En un estudio pionero de 2012, Mary Helen Immordino-Yang y sus
colegas de USC y MIT usaron un escáner de resonancia magnética para examinar la
actividad neuronal durante el "modo predeterminado" del cerebro, un
estado de reposo que generalmente está asociado con tomar un descanso o dejar
que nuestras mentes vaguen. En este estado, el cerebro sigue siendo muy activo,
con un conjunto diferente de regiones que se iluminan más que cuando estamos
enfocados en el mundo exterior.
Experimentos adicionales
mostraron que este modo predeterminado es crucial para consolidar recuerdos,
reflexionar sobre experiencias pasadas y planificar para el futuro; en otras
palabras, ayuda a dar forma a la forma en que damos sentido a nuestras vidas.
Los descansos mantienen nuestros cerebros sanos y juegan un papel clave en las
habilidades cognitivas, como la comprensión de lectura y el pensamiento
divergente (la capacidad de generar y dar sentido a ideas novedosas). "En
realidad, el descanso no es la inactividad, ni es una oportunidad desperdiciada
de productividad", escriben Immordino-Yang y sus colegas.
Entonces los descansos son una
parte esencial del aprendizaje. Pero los beneficios se extienden más allá del
bienestar psicológico de los estudiantes. Particularmente para los estudiantes
más jóvenes, los descansos regulares durante el día escolar pueden ser una
forma efectiva de reducir el comportamiento perturbador. En una serie de
estudios recientes, los pequeños descansos de actividad física en el aula
mejoraron el comportamiento de los estudiantes, aumentando el esfuerzo que
ponen en sus actividades, así como su capacidad para mantenerse en la tarea.
Tanto los estudiantes como los
maestros se benefician del uso de descansos no estructurados para reducir el
estrés. Según la Asociación Estadounidense de Psicología, el estrés puede tener
consecuencias graves para la salud, lo que aumenta las posibilidades de que
alguien sufra enfermedades graves como la enfermedad cardíaca y la depresión.
La APA recomienda pausas frecuentes, además de otras actividades como ejercicio
y mediación.
IMPULSO
DE LA FUNCIÓN CEREBRAL
Los descansos de ejercicio ya
sean actividades cortas en el aula o en el recreo, ayudan a promover la buena
forma física, lo que a su vez aumenta la salud del cerebro. En 2013, la
Academia Nacional de Medicina (entonces llamada Instituto de Medicina) publicó
un importante informe sobre los beneficios de la actividad física en el
desarrollo cognitivo y el éxito académico de los niños.
En ese momento, menos de la
mitad de los estudiantes de EE. UU. Cumplían con la guía federal de 60 minutos
de ejercicio diario. Al reunir a expertos en una amplia gama de campos, el
informe defendió por qué el ejercicio regular pertenece de manera crucial a las
escuelas: no solo proporciona beneficios de salud física a los estudiantes,
sino que también mejora su funcionamiento cognitivo, lo que lleva a un
rendimiento académico superior.
¿Cómo el ejercicio mejora el
aprendizaje? Participar en la actividad física aumenta el flujo sanguíneo y la
oxigenación en el cerebro, impulsando la conectividad neuronal y estimulando el
crecimiento de las células nerviosas en el hipocampo, el centro de aprendizaje
y memoria. Así que el ejercicio en realidad cambia la estructura de nuestros
cerebros, con una serie de beneficios: mejor atención y memoria, mayor
actividad cerebral y función cognitiva, y mejor estado de ánimo y capacidad para
sobrellevar el estrés.
Décadas de investigación
muestran que los niños físicamente activos superan constantemente
académicamente a sus pares inactivos tanto a corto como a largo plazo.
DESARROLLO
DE HABILIDADES SOCIALES
Los descansos más largos, como
el recreo o el tiempo de juego, brindan oportunidades para que los niños
aprendan habilidades importantes para la vida. La investigación muestra que
cuando los niños juegan juntos, aprenden cómo turnarse, resolver conflictos y
resolver problemas. También aprenden cómo manejar sus propias emociones y
conductas: habilidades fundamentales para la vida. Así que dejar el recreo es
un error, según la Academia Estadounidense de Pediatría: el recreo es un
"componente crucial y necesario del desarrollo de un niño", y
sacrificarlo por más académicos es contraproducente.
El tiempo de juego no
estructurado proporciona una oportunidad para el juego imaginario y creativo y
permite a los niños practicar el pensamiento divergente. Se benefician de la
libertad de explorar nuevas ideas sin temor al fracaso o el estrés de las
calificaciones, y la exposición regular a nuevas experiencias también puede
aumentar su flexibilidad cognitiva, preparándolos para los desafíos académicos.
INCORPORANDO
DESCANSOS EN SU AULA
Varios descansos durante el
día pueden ayudar a los estudiantes a mantenerse enfocados:
Si los estudiantes se vuelven
ruidosos o aburridos, algunos momentos de ejercicio en el aula pueden
restablecer su atención.
Use las interrupciones
cerebrales, actividades cortas que estimulan la curiosidad, para aumentar la
motivación de los estudiantes y mejorar su estado de ánimo.
Dedique tiempo durante la
clase para los espacios de creatividad, espacio de Genius y proyectos de arte
para ayudar a estimular la imaginación de los niños.
Si bien los descansos pueden
ayudar a restablecer el enfoque del estudiante, una alternativa útil
-especialmente para los estudiantes mayores- es cambiar las estrategias de
enseñanza a lo largo de una lección: Trate de hacer que los estudiantes se unan
en una actividad compartida o trabajen en grupos, dedique unos minutos a
revisar conceptos o dar una prueba de práctica de bajo riesgo al final de una
lección. Estas actividades pueden ayudar a romper la monotonía de una lección
larga, y como un bono, impulsar la memoria de los estudiantes.
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